No, no parece razonable. Pero así ha sido durante las primeras versiones de Windows NT.
En efecto, cuando se instala Windows NT, el sistema operativo se copia sobre una partición formateada con FAT. Posteriormente a la instalación, cuando el sistema operativo está arrancado, se debe ejecutar una utilidad del sistema llamada Convert para convertir el formato desde FAT hasta NTFS.
Los motivos: parece ser que el mini-sistema operativo que se ejecuta cuando se arranca el PC desde el CD de instalación NO ES UN WINDOWS NT sino un sistema operativo de ventanas, reducido, que solo tiene capacidad para crear particiones y formatearlas con FAT. Afortunadamente en Windows NT 4.0 ya es posible elegir NTFS como sistema de archivos en el momento de la instalación.
En la galería de imágenes que sigue, no obstante, se elije FAT y se convierte a NTFS. Aunque no era necesario, es un ejemplo didáctico de lo que puede ocurrir en cualquier momento con cualquier gran modificación que ocurra en la evolución de cualquier sistema operativo y cualquier sistema de archivos que éste use. En general, si estamos usando un sistema de archivos y existe otro sistema de archivos mejor, habrá que ejecutar un programa convertidor de formatos. Este tipo de programa debe poder realizar la operación de conversión sin pérdida de ningun archivo o carpeta. Debería realizarse una copia de seguridad completa del contenido de la partición que se desea convertir. Y naturalmente debemos asegurarnos de que el nuevo sistema de archivos es compatible con el sistema operativo que debe arrancar y ejecutarse en ese nuevo sistema de archivos.